Un andar botánico que convierte a la bicicleta en laboratorio, observatorio y archivo, para investigar y crear un herbario de especies vegetales en movimiento a lo largo del camino de Buenos Aires a Tucumán/p>
El proyecto parte de una indagación sensible, histórica y ecológica sobre el camino entre Buenos Aires y Tucumán, considerado esta antigua ruta como un corredor de movimiento de especies, saberes y cuerpos. En este contexto, las plantas nativas son pensadas como protagonistas silenciosas de ese tránsito: especies que han acompañado el recorrido de pueblos originarios, arrieros, comerciantes, viajeros, animales y elementos del paisaje.
Registrar, recolectar y mapear estas especies durante un trayecto contemporáneo en bicicleta, tratando de seguir los “pasos” de las plantas, permite enlazar la movilidad física con una movilidad/migración botánica y cultural. El herbario y las mediciones que surgen en este andar no se propone como colección taxonómica tradicional, sino como archivo vivo y móvil, que da cuenta de las relaciones entre el cuerpo en movimiento, las plantas del entorno, y los usos, nombres y afectos que las rodean.
Así, el movimiento no es solo un desplazamiento, sino una forma de contacto, escucha y recolección. Y las plantas no son elementos estáticos del paisaje, sino seres que también se mueven: por dispersión natural, por acción animal, por tradición, por comercio, por afectos, por memoria. Este proyecto propone pensar el herbario como medio artístico, ecológico y curatorial para reconstruir esas tramas vivas y móviles./p>